Dicen que Hernán Cortés quemó las naves delante de su ejército.
El mensaje fue claro: o conquistamos Mexico o de aquí ya no podemos huir.
Fue tan famoso, que ahora decimos “quemó sus naves” cuando hablamos de alguien que ha roto de forma radical con su pasado.
En realidad, los historiadores dicen que ni de coña quemó las naves.
Es una imagen romántica que nos ha quedado, pero que no es verdad.
Hernán Cortés no era tonto.
No quemó literalmente ningún barco.
Las perforó y las dejó inútiles para navegar, pero guardó las partes insustituibles (por si acaso).
Fue una atrevida apuesta.
Pero no fue un salto al vacío.
Fue una decisión estratégica.
Al mostrar a sus hombres que ya no podían volver atrás, tuvieron que mirar hacia delante
La historia de Hernán Cortes
¿Para qué te cuento yo esta historia?
No tienes que quemar tus naves para hacer lo que tienes que hacer, no te tienes que poner límites extremos, donde es lo uno o lo otro.
Romper con todo y empezar de cero es bastante abrupto, la verdad.
A tu mente y a tu cuerpo le gustan la flexibilidad, porque los extremos nos llevan al estado de supervivencia y eso hace que tu cuerpo no esté en modo de autocuidado.
Lecciones de flexibilidad
Hoy en día hay corrientes que de base pueden estar muy bien, pero llevadas al extremo, si no las sabes llevar o sabes muy bien por qué las haces pueden poner a tu cuerpo en un estado de defensa continuo.
Ayer conversaba con unas madres a la salida del colegio y la carne les parecía veneno, pero veneno puro…
La importancia de una dieta equilibrada
A ver, a ver, a ver…
El primer alimento que comió el ser humano era carne, así que nuestro sistema digestivo tiene totalmente controlada la digestión de las proteínas procedentes de la carne.
Además, es muy raro que encuentres a alguien que tenga alergia a la carne porque nuestro sistema inmune lo reconoce a la perfección; en cambio legumbres, frutos secos o vegetales y frutas dan más alergias porque históricamente llevan menos con nosotros.
¿Es la carne buena o mala?
¿Con esto digo que la carne es mejor?
No
¿Hay que comer carne hasta que te salga por las orejas?
Nada más lejos de mi intención.
En mi libro, Reprograma tu salud, te cuento que la alimentación debe estar lo más cercana a la naturaleza posible; es decir, frutas, verduras, tubérculos, legumbres, frutos secos para guardar todas las propiedades de estos alimentos y así estemos bien nutridos.
Consumo responsable de carne
Eso sí, ¿esto es para todo el mundo?
No.
Habrá personas que no los toleren bien.
¿Y qué pasa?
Nada.
A no ser que quemes todas tus naves y te empeñes en un tipo de dieta en concreto.
Entonces sentirás que si no comes de esa forma ya no existe otra forma de comer…
Si algo tenemos en nuestros días es riqueza alimentaria, variedad de todos productos y hablo de productos de producción autóctona.
Bueno que me voy del tema.
La carne.
¿Es buena o mala?
Depende.
Si la comes 3 veces al día, medio kilo cada vez y de la peor calidad posible que muchas veces no sabes ni lo que lleva… Entonces igual sí que te perjudica.
Por si acaso no lo tienes claro.
La carne es, a groso modo, un alimento muy rico en proteínas, vitaminas del grupo B y minerales, entre ellos el hierro.
¿Sabes suplementar todo esto con otra alimentación?
Perfecto
¿Es imprescindible la carne para vivir?
No.
Nada en esta vida es imprescindible.
¿Te gusta la carne?
Te aconsejo que la consumas ecológica y hagas un consumo responsable. Así te aseguras que haya sido cuidada y alimentada de la mejor forma posible.
Reprograma tu salud sin extremos
El problema de nuestro planeta es que la sobreproducción alimentaria, especialmente de carne, tiene consecuencias para el mismo.
Así que te digo: consumo de carne para el que quiera, perfecto; eso sí, de la mejor calidad que puedas y consumo responsable.
Yo doy gracias por tener carne entre la alimentación que consumo y siento respeto por los animales.
También respeto a toda la gente que opine de otra manera, pero una carne ecológica y local, es un alimento rico en proteínas, vitaminas y hierro, eso es lo que te aporta.
Y si quieres reprogramar tu salud, sin quemar tus naves ni la carne…
Aquí abajo tienes mi libro:
Reprograma tu salud (el libro)
PD: No he visto en toda mi carrera dos pacientes iguales así que como para comer lo mismo todo el mundo… Escucha a tu cuerpo (clic arriba).
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