La mente es muy poderosa.
No somos conscientes de esto.
Desconocemos el papel tan importante que juegan nuestras creencias, nuestros condicionamientos,nuestras expectativas y nuestros deseos.
Te voy a contar una pequeña historia muy famosa y muy documentada:
El descubrimiento del Krebiozen: Un fármaco esperanzador
En 1950 se investigó un fármaco contra el cáncer, Krebiozen.
Todo el mundo médico, incluido la FDA (Food and Drug Administration -la que aprueba o no los medicamentos, para entendernos-) estaban emocionados por la posibilidad de un fármaco así.
El Dr. Klopfer y su paciente Mr. Wright
Uno de los médicos que participó en los ensayos clínicos de esta droga fue el Dr. Klopfer, un importante doctor del momento.
Klopfer tenía un paciente llamado Mr. Wright que tenía un linfosarcoma avanzado, con tumores ya de tamaño considerable.
Estando hospitalizado con evolución muy desfavorable y sabiendo que era su final, le pidió a su médico que le inyectara el nuevo fármaco anticancerígeno (a base de suero de caballo) aunque todavía no estaba aprobado, ya que las investigaciones estaban siendo esperanzadoras, aunque todavía no concluyentes.
La primera inyección y la recuperación milagrosa
Mr Weight estaba desesperado y el Dr. Klopfer pensaba que su paciente no pasaría del fin de semana, así que accedió a inyectárselo.
Resultados inesperados en la reducción de tumores
¿Te imaginas lo que sucedió?
Milagro.
En unos días el paciente estaba feliz y fuera de peligro mortal.
El médico anotó en la historia clínica: las masas tumorales disminuyeron su tamaño como si pones bolas de nieve en una estufa; en pocos días se redujeron a la mitad de su tamaño original.
Una recuperación mucho más rápida de la que lo hacen los tumores sometidos a radioterapia.
En unos días se fue de alta por su propio pie, estando pletórico durante 2 meses.
El poder de las creencias: La recaída de Mr. Wright
Entonces empezaron a aparecer los primeros resultados «oficiales” de los ensayos clínicos, donde se vio que el medicamento no era tan eficaz como se pensaba y Mr Weight se llenó de miedo y dudas.
La publicación de resultados y el miedo que vuelve
¿Sabes lo que pasó?
Los tumores volvieron a salir y volvió a ingresar en el hospital.
Sin embargo, su médico sabía que lo que había visto era real.
Sabía que el fármaco no era eficaz, pero la mejoría de su paciente sucedió de verdad.
La segunda oportunidad: El placebo que cambió todo
El Dr. entendió que el poder de creer en esa esperanza le había mejorado y decidió hacerlo de nuevo con una nueva inyección.
Cómo el Dr. Klopfer utilizó el poder de la mente
Esta vez le dijo al paciente que el problema había sido que no era suficiente dosis y sin decirle nada, esta vez le inyectó suero.
El paciente confiaba en él y le creyó.
De nuevo empezó a encontrarse bien y a hacer vida normal.
La muerte de Mr. Wright: El impacto de perder la fe
Meses después salieron publicados los resultados definitivos del ensayo, donde la evidencia científica demostraba que el nuevo fármaco no tenía ninguna eficacia anticancerígena.
El paciente perdió su fé en la medicación, empezó a empeorar y murió.
Reflexiones sobre el poder de la mente en la salud
Cuando nos cuentan estas historias, los médicos somos muy reacios a creerlas.
Buscamos la explicación científica detrás, algo que nos explique la evolución del caso.
Pero la realidad es que pasan, que cosas así existen y vivimos en un mundo documentado, lleno de casos de este tipo que te iré contando y muchos con final feliz.
Y a veces los tenemos delante, en nuestros propios pacientes o en nuestra familia, y seguimos intentado explicar lo que ha podido pasar sin acabar de creerlo.
Cómo aplicar el poder de la mente a tu salud
El problema es que no creemos en el poder de nuestra mente.
Muchas veces no sabemos usarla a nuestro favor en cosas sencillas así que…
¿Cómo vamos a saber usarla en situaciones tan complejas como ésta?
El deseo como motor de la mejora
Ahora bien, piensa algo en tu salud que quieras mejorar.
Y hazte esta pregunta:
¿Por qué lo quieres mejorar?
Esta pregunta encenderá tu deseo.
El propósito: Una fuerza adicional para sanar
Y después hazte esta otra: ¿cómo se beneficiarán otros de lo que quieres mejorar?
Esta respuesta te dará un propósito.Une la fuerza del deseo con la fuerza del propósito para imaginarlo por adelantado y verás lo que ocurre..
Reprograma tu salud: Un ejemplo práctico
Te pongo un ejemplo: te duele algo.
Y quieres mejorar ese dolor para poder jugar con tus hijos o nietos.
Imagina con todo lujo de detalles cómo juegas con ellos, las risas, los abrazos, tu fuerza, tus ganas…. y fija esa emoción como un ancla que te llevará a la acción de mejorar.
Sentimiento y acción: Claves para la transformación
Si unes sentimiento con acción, pocos retos se te pondrán por delante.
No es sencillo, pero en mi libro te explico lo que ha ocurrido en este caso de forma que puedas entenderlo y lo más importante, para que lo uses tú a tu favor.
Conclusión: Entrena tu mente como tu cuerpo
Reprograma tu salud (el libro)
PD: Entrena tu mente cada día como entrenarías tu cuerpo porque así cuando vengan dificultades más grandes, tendrás otra capacidad para hacerles frente (clic arriba)
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